top of page
Buscar

Toulouse, Ciudad Rosa

  • Daniela
  • 25 jul 2017
  • 5 Min. de lectura

Nota importante #1: como ya ha pasado un par de meses desde todo el viaje, no se alcanzan a imaginar el despelote que tengo en la cabeza y el esfuerzo que estoy haciendo por escribir lo mejor y más ordenadamente posible las experiencias que viví para compartirlas con ustedes, así que por favor sean comprensivos.

Nota importante #2: esta entrada la empecé en Mayo y hasta ahora voy a continuarla por lo que si no entiende algo, remítase a la Nota importante #1

Acabo de llegar de Venecia a Florencia (que será una entrada que leerán mucho más adelante) y estoy intentando formular frases simples y coherentes que describan mi estadía en la ciudad de Toulouse, Francia.

El primer, primerísimo tren que tomé en este viaje fue desde Barcelona con destino a Toulouse; como se irán dando cuenta más adelante, fue casi imposible para nosotras no tener que correr para agarrar los trenes. También, podrán imaginarse mi cara de muerta en vida mientras cargaba con un backpack de 15 kilos corriendo por la estación de Barcelona buscando la plataforma de la que salía nuestro tren.

Eventualmente, logramos montarnos y descargar los backpacks, para caer en un sueño profundísimo mientras nos acercábamos cada vez más a la frontera con Francia; cuando llegamos a esta, donde tuvimos que hacer cambio a otro tren, nos bajamos en una estación (si así se pudiera llamar) fría y espantosa, donde nos revisaron los pasaportes. Después de sufrir en silencio por lo siguientes 15 minutos (o algo así) llegó el tren que nos dejaría finalmente en la estación de trenes donde nos recogió CP (Sebbl, que pronunciado en alemán, literalmente, suena como CP).

CP, quien próximamente se convertiría en Seb para mí, es amigo de Camila y nos recibió en su gran casa donde viven 5 hombres más a parte de él y donde nos acogieron durante los próximos cuatro días. Llegamos relativamente tarde, después de un largo viaje en tren y con el cansancio de la noche anterior acumulado por lo que, después de conocer a los rommies que estaban en la casa y de tomarnos una cerveza (para dormir bien, ustedes saben), nos organizamos en uno de los cuartos y a dormir.

El día siguiente empezó con una buena ducha, Camila me cortó el pelo (de no ser porque ya ha pasado mucho tiempo y he subido fotos y videos a mis redes sociales, estoy segura de que la mayoría estaría leyendo la frase anterior con muchísimo asombro pues, hace un buen tiempo, no me habría arriesgado JAMÁS a 1. cortarme el pelo, tan corto como lo hice y 2. a dejarme cortar el pelo por alguien que no sea un peluquero profesional) y después tomamos un desayuno cuasi brunch.

Consejo para todos los que alguna vez viajen a Europa durante la primavera: NO le crean nunca a alguien que viva allá si les dice que “ya está haciendo calorcito” pues, claramente después de un invierno helado, cualquier 14 grados centígrados son considerados como “calientico”.

Dicho esto, una vez estuvimos afuera de casa, tuvimos que ir directamente a un H&M pues yo necesitaba comprar un saco para los muy fríos días que estaba haciendo y Camila, necesitaba uno para dormir. Como siempre me pasa, salí con más cosas a parte del único ítem que necesitaba, porque así soy yo: antojada.

Después de esto, estuvimos caminando por la ciudad, al lado del río y fuimos al Jardin Japonais de Toulouse. Eventualmente, fue calentándose el día por lo que para este momento ya estábamos todos en camiseta y con la lengua afuera de la sed. Habiendo almorzado, nos fuimos a un carnaval dónde había caravanas y personas disfrazadas por doquier; nuestro muy divertido disfraz fue un poco de escarcha plateada alrededor de los ojos. En el este, solo estuvimos un rato porque teníamos una fiesta en la noche y nos fuimos temprano a la casa para recargar la pila y ponernos guapas para la rumba.

Jardin Japonais of Toulouse. Seb, Camila, Wiebke y Daniela (de izquierda a derecha)

Emperifolladas y con los rulos hechos, nos sentamos un buen rato en la sala a tomarnos unas cervezas mientras salíamos a un sitio de rumba latina; como podrán imaginarse, o si no se lo imaginan les cuento, este sitio podría ser fácilmente comparado con Davigios o cualquier Bar8, en donde la música variaba entre salsa, merengue, reggaetón y una que otra electrónica, pero su reducido espacio no daba para moverse más de unos cuantos centímetros sin ser pisado o aplastado por algún chuchento. A pesar de esto, pasamos un rato agradable y nos fuimos temprano porque nos cerraban el metro y nadie se iba a quedar hasta las 5 de la mañana esperando a que abrieran o en su defecto caminar en ese frío del demonio hasta la casa.

Al día siguiente, sin guayabo de por medio, nos levantamos, nos bañamos y desayunamos; ese día habían organizado un asado en la casa por lo que empezaron a llegar varios amigos y así comenzamos a organizar el circo. Unos picando tomate, otros organizando las salchichas, alguno prendiendo el BBQ, en fin, todos con alguna tarea importante para este día. Así, pasamos una tarde muy divertida y entretenida, hasta que el sueño nos pegó una buena cachetada y nos fuimos a echar una siesta. Esa noche, fuimos a tomarnos unas ginebras con unas amigas y muy responsablemente volvimos temprano a casa.

Nuestro último día en Toulouse estuvimos caminando por la ciudad y visitando todos los sitios a los cuales no habíamos entrado; por ejemplo, visitamos el Capitolio de Toulouse donde se encuentran varias esculturas y obras de arte, que junto con su arquitectura, hacen de este un lugar donde uno puede perderse imaginándose la cotidianidad de las personas que vivieron ahí alguna vez, muchos años atrás.

En la noche, la niñas organizaron con Seb para ir a un pub que a ellos les encanta y disfrutar nuestra última noche como locales. Ahí, por x monto de plata (no me acuerdo cuánta, pero muy poca) nos daban muchísima cerveza, por lo que, claramente, pedimos cerveza toda la noche hasta que ya tuvimos que irnos en medio de una prendida muy bacana y con ganas de seguir bailando toda la noche.

Al día siguiente, con guayabo, nos preparamos el último desayuno que tuvimos en Toulouse, empacamos nuestros backpacks y salimos hacía la estación de tren donde nos despedimos de Seb con el ojo aguado para tomar el tren rumbo a la ciudad de Marsella.

¡Toulouse es una ciudad increíble, es pequeña pero tiene muchísimo encanto. Si me preguntan, les recomiendo mucho visitarla!

Finally, I just want to say to all the friends we made in Toulouse, I miss you so much guys! Our visit there was amazing thanks to you!

And Seb, I miss you ñiñiñi! See you soon!

Toulouse: check

Marseille: to come

Peace out!


Comments


You Might Also Like:
fot6
fot7
fot10
fot9
fot
Formalidades

Comunicadora Social con énfasis en Publicidad de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá. 

  • White Instagram Icon
Instagram
Comentarios

¡Bien! Mensaje recibido

bottom of page