Throwbacking Daniela

Hola todos y todas!

En esta entrada quiero contarles un poco de mi pasado para que entiendan mejor todos los por qué que me han llevado a donde estoy hoy en día.

He escrito y borrado mil veces este párrafo, como cuando nos pedían ensayos filosóficos en el colegio y no teníamos la más mínima idea de cómo empezarlos, y sin saber cómo carajos empezar, voy a dejarlo así.

Mencionado el colegio, empezaré por ahí.

Proveniente de una familia italiana, y habiendo estudiado mi mamá y tíos en el mismo, mis papás me matricularon en el Colegio Leonardo Da Vinci de Bogotá, con la esperanza de que su pequeña hija de cuatro años estaría unos 14 años después graduándose de este.

Pero la vida quiso que terminara graduándome de un colegio femenino, el Colegio San Patricio. No les voy a mentir, el cambio no fue ni tan dramático ni tan sencillo como todo el mundo esperaba, y hoy en día amo a mi colegio, a sus profesores y a las grandes amigas que hice ahí.

Etapa del colegio, linda y bella.

En esta, como en la vida de todos, hubo peleas, reconciliaciones, exámenes y parciales fallidos, al igual que reconocimientos por sobrepasar las expectativas de algunos profesores (quién lo diría); una excursión muy divertida, viajes y otra cantidad de experiencias por la que nos queremos y que nunca nos podrán separar (la nostalgia).

Y, claramente, no puede faltar el primer novio, la primera terminada y la primera tusa, porque no nos hagamos los pendejos, antes del primer novio, no hay “tusa” anterior que valga.

Una vez terminada esta linda etapa de mi vida, me dispuse a inscribirme y matricularme en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá para estudiar Comunicación Social; sin un rumbo definido, porque no sabía cuál énfasis iba a cursar, empecé en el año 2012.

Después de cinco años llenos de experiencias, una fatídica relación y muchas otras situaciones de la vida, me gradué en marzo del 2017 de Comunicadora Social con énfasis en Publicidad.

Existen muchas cosas importantes que sucedieron durante mi carrera, sin embargo, solo quiero rescatar acá a los grandes amigos que hice a lo largo de esta y, obviamente, resaltar a mi linda familia que siempre ha estado ahí para apoyarme y que estuvo medio cagada del susto por mi viaje cuyo plan era no tener un plan.

Dejando a un lado esta parte de mi vida, la familiar, laboral y estudiantil, por otras razones de la vida me he encontrado con grandes personas que hacen o han hecho parte de mi vida, como amigos, amigas, novios, cuentos y machuques, que han dejado algo de ellos en mí y seguro se han llevado algo de mí con ellos.

Y, creo que es el momento para contarles otra de las razones por las que tomé la decisión de irme de viaje y de empezar este blog.

El año pasado, conocí a una persona que por algún motivo, razón o circunstancia, menos superficial que emocional, me invitó a bajar la guardia y quitarme la armadura que, con mucho tiempo y dedicación, había construido para defenderme de los sentimientos que generalmente llevan al amor. Esta misma persona, después de un tiempo y repentinamente, me hizo recordar la razón de ser de esa armadura.

Si en este momento me están relacionando con Julia Roberts en Eat, Pray & Love, quiero contarles que no estarían alejándose mucho de la realidad; es obvio que no me fui sólo por una tusa y que mi objetivo con este viaje no fue engordarme a punta de comida italiana (aunque si pasó), ni ir a meditar a la India y mucho menos buscar a mi amor idílico.

Simplemente, al igual que Julia, quise emocionarme por cosas diferentes a las que ya conocía y explorar un poco más sobre mí misma.

Como diría mi mejor amiga de Alemania: ¡Daniela, estás de alternativa! Yo no lo veo así, pero si eso es lo que hoy en día consideran como alternativo, pues entonces sí.

Habiendo presentado momentos de mi pasado y una razón más del por qué de todo en mi vida, cierro esta entrada y espero sus comentarios al respecto.